Un helado (parte 2)
A veces tengo la sensación de que está a punto de entender algo. Pero se le escapa. Se va. Como cuando intentas explicarte y te interrumpen con respuestas que no pediste.
Demasiado ruido. Demasiado miedo.
Hoy ha venido sin ganas. Lo ha dicho nada más entrar. Y sin embargo, ha hablado más que nunca. A veces ocurre. Se resiste, pero algo cede.
Paula tiene esa forma de sentarse en el sillón. Como si no terminara de confiar en que esto valga para algo. Pero vuelve. Siempre vuelve.
A veces me pregunto si se da cuenta. Si nota que, cuando baja la mirada y arruga el pañuelo de papel, es el mismo gesto que hacía cuando me hablaba de ella.
Ahora me mira esperando que diga algo. Me acuerdo de cuando yo era la que estaba en ese sillón. Qué sensación tan absurda de estar expuesta.
No lo voy a hacer. Casi me amenaza con esos ojos. Le incomoda este silencio. Aún, a veces, a mí también.
Mierda, el café está frío. Siempre me pasa… Me lo hago antes de que llegue y luego ahí se queda. Tendría que dejar de hacerlo. O tomarlo antes.
Dice que siente demasiado. Puede que sea así a veces. A veces creo que solo es que no sabe por dónde empezar.
A veces le pregunto cómo le hace sentir algo y veo que ni siquiera sabe dónde buscar.
Es joven. Yo también estuve muy perdida en mis veintes. Pero no es solo eso. Hay algo en su forma de percibir el mundo que necesita ajustarse. Una tendencia a lamerse las heridas que debería dejar cicatrizar.
No sé si va a dolerle más adelante. No sé si va a aprender por las buenas o por las malas. Pero algo me dice que, dentro de un tiempo, cuando mire atrás, va a entender más cosas de las que imagina.
Cuando descubra que lo que fué no tiene que ser un abismo. Ni lo que no fue tampoco. A quitarle trascendencia a lo que no sirve.
Ojalá se trate con ternura. Aunque algo me dice que eso es algo que le va a costar.
Ojalá aprenda que hay heridas que no se resuelven entendiendo, sino aceptando que están ahí.
Me recuerda tanto a mí que da miedo. Tan asustada, tan orgullosa, tan inocente en el fondo. Confunde tanto lo que es ser valiente.
Si se diera permiso. Un poquito solo.
Si la dejara de buscar en todas partes.
Si se dejara de buscar en todas ellas.
Me gustaría tanto decirle que va a estar bien. Y que probablemente vuelva a estar perdida de nuevo más adelante.
Creo que se ha movido algo hoy. ¿No crees Paula?
No estoy segura de si lo nota.
Me sonríe con escepticismo y se pone los cascos para irse.
Me pregunto qué canción habrá puesto esta vez.
A mí me gusta pasear con boleros. Me traen recuerdos que ya no duelen… tanto.

